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Viticultura heroica

¿Qué se entiende por viticultura heroica? Desde el año 2011 existe un organismo a nivel mundial que certifica las peculiaridades que d...

jueves, 17 de noviembre de 2016

Cañón do Sil


 

 

El relieve encajado que caracteriza los trazados fluviales del Miño y el Sil en A Ribeira Sacra llevó a la construcción de presas y al aprovechamiento hidroeléctrico de una gran parte de sus tramos. Durante los años 50 y 60 se construyeron los cuatro grandes embalses de esta zona: Belesar y Os Peares en el río Miño, y San Pedro y Santo Estevo en el Sil.

Las fuertes pendientes y los desniveles, la existencia de grandes masas de vegetación autóctona, y una intensa ocupación humana del espacio mediante terrazas, son elementos que confieren un gran atractivo al recorrido por los valles fluviales citados. Nos encontramos delante de los denominados “mares interiores de Galicia”. Los embalses de Belesar, Os Peares y Santo Estevo remansan las aguas del Miño y del Sil, permitiendo la navegación a pasajeros en los famosos “catamaranes”. A bordo de estas modernas embarcaciones se puede apreciar el espectáculo único de los cañones desde su fondo, convirtiendo la navegación en un placer para los sentidos.

Existen cuatro servicios de catamaranes en funcionamiento, uno en el Miño y tres en el Sil. El primero sale de la localidad de Belesar y desciende a lo largo del valle del Miño, rodea la isla fluvial de Sermade para regresar después a Belesar. El Miño discurre profundamente encajado por tierras de Chantada, O Saviñao, Carballedo y Pantón, en un paisaje en el que el viñedo es el protagonista en las vertientes soleadas, mientras que los robledales, sotos y bosques de especies variadas pueblan las laderas más sombrías.

El cañón del Sil es más angosto que el del Miño, con paredes verticales en muchos casos de una gran espectacularidad. Hay un catamarán que parte del embarcadero de Santo Estevo, en el embalse del mismo nombre. Este catamarán hace el recorrido remontando el embalse hasta San Fiz, y regresando después. En sentido contrario, bajando por el embalse, hay dos servicios. Uno que sale del embarcadero de Doade (en la vertiente luguesa), bajando hacia Santo Estevo y volviendo al punto inicial.

 
















Monasterio de Ribas de Miño




Ribas de Miño es una parroquia del conjunto municipal de O Saviñao que se halla ubicada en la vertiente centro-meridional de la provincia de Lugo, formando parte integrante de la comarca de Terra de Lemos.
El conjunto al que pertenece cuenta con una extensión total de 198 kilómetros cuadrados y dista de la ciudad de Lugo en unos 78 kilómetros. Este municipio está constituido por 29 entidades parroquiales.
Muchos son los intereses histórico-artísticos que posee este municipio, a los que se suman su valor natural y paisajístico. Destacan la iglesia parroquial de Ribas de Miño, el Santuario de Guadalupe, el Pazo de Pacios, y el campo de Mámoas.



El monasterio de Santo Estevo de Ribas de Miño es el más emblemático de los existentes en la Ribeira Sacra. Sus rotundas formas fruto de la edificación de constructores que conocían bien el oficio y que asimilaron la técnica escultórica del Maestro Mateo se integran adecuadamente en el agreste paisaje del cañón del Miño.
Es esta una zona a priori poco apta para ser utilizada por el hombre. Las oblicuas superficies que confluyen en el encajonado cauce fluvial del Miño deberían de haber hecho desistir de su utilización a cualquier fin. Pero a lo largo de la historia, desde los tiempos de Roma, las gentes que la habitaron han sabido sacar el máximo partido a esta tierra mágica.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Castillo de Monforte de Lemos





Monforte fue, en época medieval, un singular ejemplo de ciudad- fortaleza feudal, alrededor de un monasterio, con un castillo situado sobre un estratégico montículo (El Monte de San Vicente) y rodeado por un recinto amurallado salpicado de torres defensivas. A los pies del monte, el río Cabe, que daba vida al asentamiento. Del perímetro de la muralla, datada entre los siglos XIII al XV, todavía se conservan amplios tramos, tres torres y tres puertas de acceso a la villa. Del castillo sobresale la Torre del Homenaje, bien conservada y restaurada en su interior, desde su cima se divisa el valle de Lemos surcado por el curso fluvial del Cabe. La vista y el atractivo que tienen los castillos, hacen de esta, una parada obligada.

TORRE DEL HOMENAJE

Construida entre los siglos XIII y XV, era el edificio más importante dentro del castillo, ya que en ella se celebraban las Ceremonias del Homenaje, rito que unía al señor con su vasallo. Es una atalaya de 30 m de altura, 13m de lado y muros de 3m de grosor. La torre y la muralla de la fortaleza medieval sufrieron importantes daños durante la Gran Guerra Irmandiña, (1467-1469), y fueron reconstruidas una vez finalizados los enfrentamientos.

PALACIO CONDAL

Residencia señorial de los Condes de Lemos, construido en el siglo XVI y reconstruido en el XVII, tras sufrir un devastador incendio. Los Condes de Lemos fueron una de las familias nobles más importantes de España. Especial relevancia tuvo la figura del VII Conde; Don Pedro Fernández de Castro, que llegó a ser virrey de Nápoles (1610-1616) y a quien se recuerda como mecenas de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo y Góngora. Hoy el condado de Lemos forma parte de la Casa de Alba. Actualmente este edificio alberga parte de las dependencias del Parador de Turismo.
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MONASTERIO BENEDICTINO DE SAN VICENTE DEL PINO

Aunque sus orígenes se remontan al siglo X, la edificación actual se inicia en el siglo XVI. La armoniosa plaza del edificio conventual es neoclásica, tanto su fachada como el claustro. La iglesia monacal, de portada renacentista, e interior gótico de transición, tiene unas elaboradas bóvedas, y en uno de sus laterales un coro con órgano de estilo barroco. Destacan las imágenes de Santa Ana con la Virgen y el niño y como un bajorrelieve de origen románico. Actualmente gran parte del edificio monacal alberga el Parador de Turismo de Monforte de Lemos.

Monasterio de Ribas de Sil




Se encuentra en la orilla izquierda, la meridional, del río Sil, en pleno cañón del mismo. Pertenece a la parroquia de San Esteban, del municipio de Nogueira de Ramuín.
Como los otros monasterios que existen en la comarca de Ribeira Sacra y Tierra de Lemos (la orilla derecha del Sil, ya en la provincia de Lugo), el origen de este monasterio es eremítico y anterior al siglo X. En el siglo XII se convierte en el principal monasterio de la región, llegando a ser uno de los más notables de Galicia. Estuvo ocupado por la Orden de San Benito.

Historia

 
Con un origen anterior al siglo X, la primera documentación escrita en el que se nombra el monasterio data del año 921, en la que el rey Ordoño II autoriza al abad Franquila a realizar la reconstrucción de las dependencia monacales y le concede numerosas posesiones. Erróneamente se ha atribuido su fundación a san Martí­n Dumiense en el siglo VI.[3]
Tras la reforma canónica de los reyes Católicos y el cardenal Cisneros se incorpora en 1499 a la congregación de San Benito de Valladolid. En 1588 se convierte en Colegio de Artes, condición que mantiene hasta su exclaustración en 1875.[3]
A finales del siglo XIX pasa a manos particulares y en el año 2004 es convertido en parador de Turismo, siendo el establecimiento hotelero de mayor categoría de la comarca y formando parte de la red de paradores turísticos de España.
En el escudo del monasterio hay nueve mitras reflejando el hecho (no se sabe si es leyenda) de que entre los siglos X y XI fue el lugar de retiro de nueve obispos, lo que contribuyó a realzar su fama.[3]



Descripción

El conjunto monacal de Santo Estevo de Ribas de Sil es amplio e importante. Consta de tres claustros conformados por los edificios monacales y la iglesia. Tiene una gran fachada barroca. Destaca, por su buena conservación, la cocina monacal, una gran estancia cuadrada con el hogar en el centro realizado en piedra sobre cuatro columnas exentas.

La iglesia

 
La fachada principal de la iglesia forma ángulo recto con la entrada del monasterio. Está orientada hacia el oeste, como es costumbre. Acoge, alrededor de su entrada, el pequeño cementerio parroquial, ya que el templo cumple con la función de parroquia para la población vecina.
El templo es de estilo románico, realizado a finales del siglo XII y principios del XIII. Tiene planta basilical con tres ábsides semicirculares en la cabecera. La nave está cubierta por una bóveda de crucería, que sustituyó en el siglo XVI a la original techumbre de madera.
Los dos ábsides laterales tienen aspecto de torreón al haber sido modificados, aumentando su altura, en el momento en el que se construyeron las bóvedas de la naves del templo.
La fachada principal está enmarcada por dos torres prismáticas construidas a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Dos grandes contrafuertes románicos flanquean la portada.
En el interior destaca el retablo en piedra del siglo XII, representando a Jesucristo y los doce apóstoles, que fue hallado en uno de los muros del claustro grande, y la colección de retablos que amueblan el templo.[4]

El monasterio

Los edificios monacales se ordenan al rededor de tres claustros, el de los Obispos, el claustro pequeño y el claustro de la portería o Grande.

El claustro de los Obispos


 
Este claustro es el más antiguo y el que hacía la función de claustro Reglar o de las Procesiones. Se sitúa junto a la pared norte de la iglesia, con la que está comunicado. Su planta es rectangular y tiene dos cuerpos. El primero de ellos, de estilo románico, data del siglo XII y el segundo, gótico, del siglo XVI con reformas posteriores.

El claustro pequeño

Este claustro, denominado do Viveiro, se ubica al norte del de los Obispos. Se comenzó a construir en 1595 por orden de Diego de Isla. Consta de dos cuerpos y está conformado por arcos de medio punto sobre columnas dóricas.

El claustro de la portería

También denominado claustro grande o dos Cabaleiros, está situado a la entrada del monasterio. Tiene planta rectangular y consta de tres cuerpos de estilo renacentista. Sus arcos son de medio punto y no tienen bóveda.
Al lado de la portería se encuentra la escalera de honor que está cubierta con una bóveda de crucería del año 1739 que tiene cuatro rosetones decorados.

Castro Candad


 
 


O Castro Candaz non é un vestixio máis, a súa importancia e peso histórico foi moita nos primeiros anos do devir de Chantada e así o consideraron romanos, reis e familias nobres da comarca. Reafirma este dato o feito de que fose considerado gran Casa de Galicia. Hoxe en día atópase anegado pola augas do Miño debido a construción do encoro de Belesar, pero de vez en cando, en época de seca, aínda podemos admirar esta marabilla histórica e natural.
O emprazamento do Castro Candaz resulta bastante curioso. Ó contrario que os seus irmáns, atópase nun lugar de visibilidade limitada e bastante arredado de calquera núcleo de poboación. Falamos dun monte cónico, case que regular e que se atopa delimitado en tres zonas por correntes fluviais entre as que destacan o Miño e o Enviande, este último afluente do primeiro. Esta construción sita na parroquia de Santa Eulalia de Pedrafita ten a súa entrada polo Poñente, único lugar libre que deixan as augas. Tras este lugar de acceso, atopámonos con tres mesetas cuxa disposición nos mostra, así o testemuñaba Formoso Lamas, que cumpriron unha función a modo de defensa natural diante de posibles invasores. As mesmas dedícanse na actualidade ó cultivo do viño pero no pasado puideron ser utilizadas como patios por onde se introducía a cabalería e tamén, onde se concentraba a xente para defender o Castro. No resto dos puntos Candaz, dada a súa forma cónica e por estar rodeado de auga, debeu de ser inexpugnable, feito que se reafirma cos restos de murallas aparecidos (unha delas posuía unha altura de 2,10 m . de alto).


Esta península natural foi morada de nobres habitantes. Destacan os romanos que alí construíron unha fortificación pero, por que neste lugar? Os descendentes de Rómulo e Remo tiveron unha acreditada sona de invasores e fustrigadores pero en Chantada, como noutros sitios, víronse acosados e atacados polos naturais da comarca. Diante desta situación, os romanos pensaron nun lugar para defenderse das acometidas nativas e,  que mellor sitio que Candaz?, ningún e alí se instalaron. Este castro foi solar da nobre liñaxe dos Cambero que segundo relata unha antiga tradición, foron proxenitores das afamadas liñaxes dos Camba e dos Taboada. Dise que no lugar os romanos mandaron erguer, por orde dun capitán chamado Gelión Cambero , un castelo que co tempo se había de converter en cabeza de varios outros da rexión e de moitos dos seus señoríos. Parece ser que este capitán era descendente de nobres patricios de Roma, como tamén o foi Lucio Cambelio Cándido.

Viticultura heroica

¿Qué se entiende por viticultura heroica?



Desde el año 2011 existe un organismo a nivel mundial que certifica las peculiaridades que deben tener las zonas vinícolas bajo esta definición. Este organismo se llama CERVIM (Centro di Ricerche, Studi e Valorizzazione per la Viticoltura Montana o en castellano Centro de Investigación, Estudio, Salvaguarda, Coordinación y Valorización de la Viticultura de Montaña y en fuerte pendiente) y sus orígenes se remontan a 1987, cuando nació una asociación con el objetivo de velar por los intereses de los viticultores que desarrollan su actividad en zonas escarpadas, de difícil acceso, pero que han querido mantener prácticas culturales ancestrales para preservar su cultura. Toda vinícola que quiera acogerse al sello del CERVIM, debe cumplir varios de los cuatro requisitos fundamentales: Tener más de un 30% de desnivel, una altitud superior a 500 metros sobre el nivel del mar, plantaciones en terrazas y viñedos en pequeñas islas. En la actualidad, el CERVIM incluso celebra ferias y concursos dirigidos especialmente a vinos y bodegas que trabajan bajo estas circunstancias. Precisamente unos de los vinos que más triunfan en los certámenes de vinos de montaña son los acogidos a la Denominación de origen Ribeira Sacra. El río Sil crea un paisaje agreste, sinuoso, acompañado de muros de piedra y vestigios de antiguos monasterios. La pendiente de los bancales puede llegar al 80% y, evidentemente y al igual que en el resto de zonas de viticultura heroica, la uva ha de ser recolectada a mano (y con extremo cuidado).





 
Como hemos comentado anteriormente, uno de los puntos fuertes de estos viñedos es que normalmente se encuentran cepas muy viejas, de variedades autóctonas y de ellas se elaboran vinos de alta calidad. Todo esfuerzo tiene su recompensa. Imagen. 'Costers' en el Priorat. (prioratenoturisme.com). ‘Costers’ en el Priorat. (prioratenoturisme.com) En nuestro país no sólo en Galicia se practica la viticultura heroica. También en Asturias, la Denominación de Origen Protegida Cangas es una de esas zonas en la que transportarse al pasado, donde además los viticultores trabajan bajo condiciones climáticas extremas y el viñedo se divide en pequeñísimas parcelas. La D.O. Priorat y Montsant son otro ejemplo de viticultura in-extremis, con onduladas laderas llamadas ‘costers’, formados por rocas de hace 400 millones de años que se han ido suavizando por la erosión. No podemos olivar la ancestral vendimia de la Axarquía, en Málaga, donde hay viñedos a más de 700 metros de altitud, todos los trabajos son manuales y en muchos casos también se apoyan en la ayuda animal. La viticultura en la pequeña isla de El Hierro y en Tenerife, así como algunos viñedos de Arribes del Duero completan el mapa de viticultura heroica en España.

Entroido Ribeirao


Entroido Ribeirao

 
 
 


Parece que el carnaval gallego toma más fuerza a medida que deja el mar a sus espaldas. Las provincias interiores, Lugo –la mayor parte de su territorio– y Ourense cuentan con celebraciones que se han convertido en parte del patrimonio cultural de la comunidad. En la localidad lucense de Chantada encontramos uno de los ciclos del entroido más completos. El Entroido Ribeirao también sufrió períodos bajos a finales del siglo pasado hasta que se retomó a mediado de la década de los noventa en la feligresía de Santa María de Nogueira.
 

 Aunque se dejó de practicar en muchas parroquias, en los últimos años ha vuelto con fuerza. Tanta, que las parroquias y lugares han entrado en competición por quién lleva los mejores personajes.

El ciclo del carnaval se prolonga durante cuatro días de festejos:
• Domingo Lambedoiro
Fecha que se encuentra muy relacionada con la gastronomía, un elemento fundamental del Entroido. También es conocido este Domingo como fareleiro o borralleiro ya que los que acudían a la fiesta se embadurnaban unos a otros con diversos productos ofertados por la madre naturaleza; también era común arrojar hormigas caballares con vinagre.
• Domingo Corredoiro (ou de sesaxésima)
Fecha en la que son comunes juegos de diversa índole además de alguna que otra representación teatral.
• Domingo de Entroido
O de quincuagésima, día propio de la festividad.
• Martes de Entroido

 

Fecha en la que Os Volantes invaden Chantada: llegados de la ribeira, van acompañados de numerosas comparsas. En este día también se produce el testamento de la máscara, acto en el que se repasa la vida de los vecinos de la zona; en la feligresía de Vilaúxe celebran el entierro del Santo Entroido, que simboliza la festividad en su conjunto, es introducido en una caja mortuoria de formica que posteriormente se cubre con hojas. Los volantes bailan alrededor de la caja fúnebre mientras el cura y el sacristán intentan resucitar al cadáver. Después de diversos requisitos le gritan: “¡sal de una vez! ¿qué, no quieres que haya fiesta?”; en este momento el Santo Entroido se levanta y dice: “tened la fiesta tranquilos que ya volveré para el entierro”, en este momento marcha para volver el Martes de Carnaval. En esta fecha es conducido al campo de la fiesta y se vuelve a introducir en la caja. Aprovechando el baile dos volantes emprenden la huída para no regresar hasta el año que viene. Esta es la forma como se representa el entierro del Santo Entroido.


Los personajes que componen el imaginario del entroido ribeirao son variados. Los principales son los volantes que dotan a la celebración chantadina de gran parte de su singularidad. Portan sobre la cabeza los famosos “puchos” que no son otra cosa que enormes gorros de los que se dice que tienen la forma de camarín de la Virgen. Se trata de estructuras muy pesadas, se estima que pueden llegar a pesar 15 kilos, tienen una estructura interna de madera hecha con palos de mimbre.
En los hombros, los volantes llevan un pañuelo con una gran variedad cromática llamados “portugueses” para diferenciarlos de los utilizados en la antigüedad, denominados “marinos” ya que muchos de ellos provenían de ultramar siendo de colores más tristes. El volante, siempre masculino, tiene una vestimenta inferior caracterizada por presentar una serie de bandas con colores muy significativos; son comunes los colores rojo y amarillo; se dice que en la antigüedad era la tela más barata) aún que en la actualidad no es extraño ver a los volantes con cromática azul/blanco.
Campanillas de los volantes
Estos relevantes personajes portan un cinto hecho en cuero, el de la parroquia de Santiago da Riba estaba realizado en cuero de cerdo por ter mayor duración, sobre el que penden un total de 24 campanillas (las “esquilas” de Manzaneda y Viana do Bolo) que se van alternando en función de su sonido; las de timbre grave, denominadas “machos”, y las de sonido agudo o “hembras”. Su papel o función es la de protagonista principal, anunciando la fiesta haya por donde van.